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Entre los desechos de mi memoria,
esta el desorden de los segundos
que pasé junto a ti.
La música de los sentidos me
engaña,
mintiéndome sobre un pasado mejor
que nunca existió.
Escudriñando los sesos de mi cadáver
no logro encontrar mi más deseado tesoro,
más sólo hayo polvo.
Tu pelo y tus ojos gravados en mi retina,
tal yacimiento escondido,
estampan en mi frente los momentos perdidos.
El deseo de volver a la inocencia y al estío,
se enfrentan al pasar del tiempo,
y al lago oscuro de mi vida.
Y al final,
sólo al final,
te encuentro.
David Peña Pardo
23/11/2011
23/11/2011