miércoles, 23 de noviembre de 2011

Primer recuerdo recordado

*

Entre los desechos de mi memoria,

esta el desorden de los segundos

que pasé junto a ti.


La música de los sentidos me

engaña,

mintiéndome sobre un pasado mejor

que nunca existió.


Escudriñando los sesos de mi cadáver

no logro encontrar mi más deseado tesoro,

más sólo hayo polvo.


Tu pelo y tus ojos gravados en mi retina,

tal yacimiento escondido,

estampan en mi frente los momentos perdidos.


El deseo de volver a la inocencia y al estío,

se enfrentan al pasar del tiempo,

y al lago oscuro de mi vida.


Y al final,

sólo al final,

te encuentro.


David Peña Pardo
23/11/2011

lunes, 19 de septiembre de 2011

Último relato en un instante

Ahí estaba como cada día, sentada en la mesa de siempre, con los libros y el batido de fresa, junto con su ipod. ¿Qué música estaría escuchando? Cada día estaba más guapa. Su piel de melocotón se doraba con el sol de mediodía. Sus cabellos rubios rizados me evocaban sucios placeres. El escote de su blusa hacía volar mi imaginación hacia lugares cálidos, prohibidos. En días como hoy, de primavera, su falda corta, dejaba ver sus preciosas piernas, recordándome que pecados podríamos producir si los dos nos uniésemos en uno sólo en cualquier habitación de este hermoso hotel. La lástima es que los movimientos del destino nos separaron por las brechas del tiempo, la lástima es que yo tenga cuarenta y ella sólo dieciséis.

David Peña Pardo
Bajo licencia Creative Commons

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Más relatos en un instante

Os dejo aquí los dos últimos relatos que envié al concurso. El primero "Pastitas" lo he abreviado para enviarlo al concurso, pero aquí os dejo el original, que es más extenso. El segundo "Ella" está a caballo entre la ciencia ficción y la parodia. Con los dos me he divertido y reido mucho escribiéndolos, espero que vosotros disfrutéis de ellos leyéndolos.

Pastitas

Me encanta venir a este hotel por dos motivos, el primero porque sirven junto al café unas pastitas excelentes y el segundo porque, a pesar de tener terraza, no se permite fumar. Yo hace tiempo fumaba, ¿Te lo dije? Sí, fumaba, pero ya no. Ya están aquí las pastitas. Pues como te iba diciendo, fumaba. Umm, qué ricas que están, ¿verdad? Lo cierto es que la gente no sé como todavía, con lo caro que está el tabaco, y que no dejan fumar en ninguna parte, sigue fumando. ¿Esa pastita que queda te la vas a comer? ¿No? ¡Qué bien! Pues yo lo llevo muy bien, ya no recuerdo ni el tiempo que hace que no fumo. ¿Pedimos otro café? Así nos traeran más pastitas. Además, ahora no se puede fumar en ninguna parte, los fumadores están como apestados, ¿Te has dado cuenta? Me dan lástima. Mira, ya han llegado las pastitas. Bueno, lo único, es que desde que dejé de fumar, no sé si te has dado cuenta, no paro de comer.

David Peña Pardo
Bajo licencia Creative Commons

Ella

Es una máquina no lo olvides. Siempre me lo repite la gente. Pero yo la amo, que le voy hacer. Si me atrapan sus grandes ojos verdes última gama. Sus pechos 3.0 de última generación, con un tacto suave y además perfumados, acaso puedo pedir más. Y si tengo que hablar de su trasero, de su entrepierna, con las últimas tecnologías en sensación táctil, me derrito. Sus piernas de titanio, sus dedos de cirinio, sus uñas de telurio, jamas ningún dios creo tal obra maestra semejante. Y su boca, que puedo decir de su boca, que si hablase de ella tendría que escribir una oda entera. Sí, es verdad, es una máquina, todo el mundo me lo dice, pero yo la quiero.

David Peña Pardo
Bajo licencia Creative Commons

martes, 13 de septiembre de 2011

Relatos en un instante

A raiz de la participación en un consurso de relatos breves (menos de 150 letras), os voy a mostrar los que voy enviando, a ver que os parecen. Ya os digo que la mayoría están escritos en apenas unos minutos. Quizás podría dedicarme más tiempo a ellos, pero creo que de esa manera perderían la gracia. Aquí os dejo el primero:

Muerte en el bajo B

El olor nauseabundo llegaba a todo el vecindario. La policía lo encontró tirado en el patio interior del bajo B.

- A todo el mundo le caía mal, la verdad. De eso hablaban las vecinas en el portal. Desde que le dejó la mujer no volvió a ser el mismo, y encima se llevó a sus hijos, pobre. Decían.

- Es un suicidio en toda regla. Comentaba el policía al inspector.

- Pues hacía meses que no lo veía, ni siquiera me había dado cuenta de su ausencia, le decía el portero a otros vecinos.

- Está reventado, ¡anda que tirarse de un noveno desde el balcón del lavadero!, está todo salpicado de sangre. Seguía diciendo el policia.

- ¿Y se había divorciado? Qué pena. Tantos meses solo. El marujeo continuaba.

- ¿Y usted que opina inspector? La muerte es una putada, pero la soledad es peor.

David Peña Pardo
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martes, 23 de agosto de 2011

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos


En Italia, concretamente en Cerdeña, nació allá por el año 1908 uno de los escritores más impresionantes que ha parido Europa, su nombre Cesare Pavese. Aunque también cultivó la prosa, su obra de poesía para mi es inmensa, aquí os dejo un par de sus poemas más conocidos e importantes:




Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

esta muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un absurdo defecto. Tus ojos
serán una palabra vana,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas ante el espejo.
Oh, amada esperanza,
aquel día sabremos, también,
que eres la vida y eres la nada.

Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver en el espejo asomar un rostro muerto,
como escuchar un labio ya cerrado.
Mudos, descenderemos al abismo.


Creación

Estoy vivo y he sorprendido las estrellas en el alba.
Mi compañera continúa durmiendo y lo ignora.
Mis compañeros duermen todos. La clara jornada
se me revela más limpia que los rostros aletargados.

A distancia, pasa un viejo, camino del trabajo
o a gozar la mañana. No somos distintos,
idéntica claridad respiramos los dos
y fumamos tranquilos para engañar el hambre.
También el cuerpo del viejo debería ser sano
y vibrante -ante la mañana, debería estar desnudo.

Esta mañana la vida se desliza por el agua
y el sol: alrededor está el fulgor del agua
siempre joven; los cuerpos de todos quedarán al
descubierto.
Estarán el sol radiante y la rudeza del mar abierto
y la tosca fatiga que debilita bajo el sol,
y la inmovilidad. Estará la compañera
-un secreto de cuerpos. Cada cual hará sentir su
voz.
No hay voz que quiebre el silencio del agua
bajo el alba. Y ni siquiera nada que se estremezca
bajo el cielo. Sólo una tibieza que diluye las estrellas.
Estremece sentir la mañana que vibre,
virgen, como si nadie estuviese despierto.








sábado, 4 de junio de 2011

Escritos de instituto (I)

Tan inmensamente vital y doloroso es el amor, que llena nuestras vidas de momentos de tristeza y penuria y, algunos pocos instantes de pasión y ternura.

La historia que ahora os contaré contiene un poco de todo esto. Nuestras vidas son tan sencillas y humildes que, tales relatos sólo suceden de vez en cuando, muy de vez en cuando. Probablemente si un día la providencia nos pone su mano en el hombro y nos dice: Mira, has sido tu el elegido. Nos levantaremos sudorosos lamentando que todo aquello sólo haya sido un sueño.

Él, minúsculo entre los hombres, ínfimo animal racional entre bárbaros y déspotas. Se levanta al salir el sol, pensando en el porqué de todo lo que sucede y acontece, y tantas preguntas más, que ni el propio Sócrates se plantearía. Al anochecer llega a su casa, se tumba en la cama y observa a través de su ventana, como las nubes y la luna juegan a esquivar las antenas de los edificios de su joven barriada. Y, otra vez, se vuelve a cuestionar su nacer y existencia y el porqué de todo su sufrimiento, hasta llegar a dormirse, entonces aparca todas sus ansiedades hasta el despertar de la siguiente mañana.

Nuestro hombre se podría decir que es un poco solitario e intenta disminuir su soledad leyendo un poco de lo que le pasa a otras personas, a otros personajes, reales o ficticios, eso acaso importa, que más da escuchar a Romeo declarándose a Julieta, u observar como Marianela corre por las montañas fiándose de su instinto. La vida depara tantas sorpresas que nos sorprende abriéndonos el corazón y dándonos una última oportunidad, un último aliento, que al encontrarnos con él, nos olvidamos de ya pesadas penas y rencores. Él esto lo sabía y esperaba, tranquilamente, agotando poco a poco cada gota de su vida.

El día se levantó radiante, el sol lucía esplendoroso en su apogeo, había llegado el momento. Nuestro personaje se viste con sus mejores vestiduras, peinándose y arreglándose el dobladillo del pantalón, suspirando por su futuro. Sale a la calle y comienza a caminar, ¿para dónde?, no lo sabía, ciertamente él sólo quería andar, sabía que hoy era el día, que hoy la encontraría. De repente algo le detuvo y le dejó petrificado. Era ella, la tenía delante, era la mujer más bella que había visto en su vida, sus ojos oceánicos, claros y celestes, le alumbraban todo el rostro, y sus cabellos, ¡ay!, sus cabellos, arraigados en la primavera, llenos de frescura, vivos y rebeldes, evocadores de pasión y desenfreno. Cupido cumplió tan bien su tarea, que los dos quedaron prendidos. Se creó un mundo entre ellos, paraje mágico y celestial, lleno de buenos momentos, pleno de claras vivencias, fugitivo del dolor, esquivador de tanta pena.

Pasaron lunas y ceremonias y el amor, tan puro como era, terminó matándolos a los dos, como si Dios, ya tan harto de tanta perfección, decidiese terminar, por envida, con esa viva relación.

Y, al fín, los dos juntos, al borde del abismo, esperando y aguardando sus fatal destino, agarrados de la mano, suspirando por todo lo pasado.

David Peña Pardo. (Año 1999)

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lunes, 18 de abril de 2011

Y entonces llegas tú

La poesía es algo que todos llevamos dentro, quizás sin saberlo, la tenemos ahí, cobijada en lo más oscuro de uno mismo, agazapada entre los resquicios pequeños e ínfimos de nuestro pensamiento. Esperando una oportunidad para salir fuera, ver la luz, abrazar el calor de la primavera, escapar con fuerza, como el preso que ha pasado muchos días en una lúgubre celda de aislamiento, y que por fin consigue salir, y volver a ver el sol.


En lo más profundo de la noche solitaria, ruge contra los elementos que la intentan medrar, cual huracán. Súbitamente escapa de las garras del tedio cotidiano, asesino cruel de la esperanza.

Y entonces llegas tú, le das vida, como ave fénix, y surge de sus cenizas, abandonando las cadenas de la monotonía cruel.

lunes, 11 de abril de 2011

Napalm por poesía



Es curioso como uno siempre se ha sentido identificado con la poesía de años atrás, de hecho, de posguerra hacia atrás. Por suerte la vida sigue, y aún existen personas capaces de retomar la antorcha de los poetas que ya no están con nosotros.

Creo que no lo sabéis, pero soy un asiduo, siempre que tengo tiempo, al programa de la segunda cadena, llamado Página2. Allí descubrí los versos de una chica madrileña llamada Ariadna G. García, junto con otros nombres también prometedores.

Aquí os dejo un fragmento de su primera obra. Conjunto de poemas narrados como si fuera un cortometraje de cine.



2 CIBER-CRIMEN

CORRÍ hasta que mis venas bombearon
ácido de batería,
sosteniendo con fuerza mi pequeña
maleta-frigorífico.

Todos, sin excepción,
se quedaron perplejos
por esta maniobra inesperada.
Ni el mostruo de la novia
que me puso los cuernos
con su mejor amigo, ni el del sueldo
de nuevo incorporado a los programas
de coagulaciones del Estado,
ni el de cada pelea
en ese cuadrilátero
sin cuerdas que es la cama
a torso descubierto
con mi sombra, impidieron
el robo.

Ariadna G. Garcia
Napalm Cortometraje poético

domingo, 3 de abril de 2011

Lo que puede el dinero

En los años de instituto tuvimos un profesor de literatura que, cómo se da en muchos casos en la vida, sabía mucho del tema pero no sabía explicarlo. Por lo tanto, su asignatura se nos hacía pesada y aburrida. Pero, vicisitudes de la vida, tuvo que coger la baja por motivos que ahora no recuerdo, y nos trajeron a un sustituto, recién salido de la facultad, que venía desde Castellón, y estuvo con nosotros hasta final de curso. Pues el susudicho profesor, que además recuerdo que se llamaba Jesús, se le notaba, no voy a decir entusiasmado, porque seguramente estaría exagerando, pero sí muy motivado. Un recuerdo que tengo de sus clases es cuando dábamos literatura medieval, y nos habló de un clérigo, un tal Juan Ruiz, conocido como Arciprestre de Hita, y de su “Libro del buen amor” Una anécdota graciosa, es que decía que él había llegado a ligar en discotecas, siguiendo los consejos de éste libro. No sé si será verdad o se estaba echando un farol, pero lo que si es cierto, es que nos dió a conocer la literatura desde otra mirada, digamos, menos aburrida.


En éste libro hay unos versos, llamados: “Enxiemplo de la propiedat quel dinero ha” , que hablan de las propiedades que pueden dar el dinero a las personas y, siguiendo un poco la actualidad, de corruptos, ladrones, curas, banqueros, etc. me parece totalmente actual y necesario.

Como los versos están escritos en castellano de la época, S. XIII, y puede llegar a ser bastante farragosa la lectura, al final de los versos os he dejado la versión que hizo Paco Ibáñez.


ENXIEMPLO DE LA PROPIEDAT QUEL DINERO HA

Mucho faz' el dinero, mucho es de amar:
al torpe faze bueno e ome de prestar,
faze correr al coxo e al mudo fablar,
el que non tiene manos, dyneros quier' tomar.

Sea un ome nesçio e rudo labrador,
los dyneros le fazen fidalgo e sabydor,
quanto más algo tiene, tanto es de más valor;
el que non ha dineros, non es de sy señor.

Sy tovyeres dyneros, avrás consolaçión,
plazer e alegría e del papa ración,
comprarás parayso, ganarás salvaçión:
do son muchos dineros, es mucha bendiçión.

Yo vy allá en Roma, do es la santidat,
que todos al dinero fazianl' omilidat,
grand onrra le fazían con grand solenidat:
todos a él se omillan como a la magestat.

Ffazíe muchos priores, obispos e abbades,
arçobispos, dotores, patriarcas, potestades,
e muchos clérigos nesçios dávales denidades.
Ffacie verdat mentiras e mentiras verdades.

Ffazíe muchos clérigos e muchos ordenados,
muchos monges e mongas, rreligiosos sagrados:
el dinero les dava por byen esaminados;
a los pobres dezían que non eran letrados.

Dava muchos juyzios, mucha mala sentencia:
con malos abogados era su mantenençia,
en tener malos pleitos e fer mal' abenencia;
en cabo por dineros avya penitençia.

El dinero quebranta las cadenas dañosas,
tyra çepos e grillos, presiones peligrosas;
al que non da dineros, échanle las esposas:
por todo el mundo faze cosas maravillosas.

Vy fazer maravillas a do él mucho usava:
muchos meresçían muerte, que la vida les dava;
otros eran syn culpa, que luego los matava:
muchas almas perdía; muchas almas salvava.

Faze perder al pobre su casa e su vyña;
sus muebles e rayces todo lo desalyña,
por todo el mundo cunde su sarna e su tyña,
do el dinero juzga, ally el ojo guiña.

Él faze cavalleros de neçios aldeanos,
condes e ricos omes de algunos vyllanos;
con el dinero andan todos omes loçanos,
quantos son en el mundo, le besan oy las manos.

Vy tener al dinero las mayores moradas,
altas e muy costosas, fermosas e pyntadas,
castillos, heredades, villas entorreadas:
al dinero servían e suyas eran conpradas.

Comía munchos manjares de diversas naturas,
vistía nobles paños, doradas vestiduras,
traya joyas preçiosas en vyçios e folguras,
guarnimientos estraños, nobles cavalgaduras.

Yo vi a muchos monges en sus predicaçiones
denostar al dinero e a sus temptaçiones;
en cabo, por dyneros otorgan los perdones,
asuelven los ayunos e fazen oraçiones.

Peroque lo denuestan los monges por las plaças,
guárdanlo en convento en vasos e en taças:
con el dinero cunplen sus menguas e sus raças:
más condedijos tiene que tordos nin picaças.

Monges, clérigos e frayres, que aman a Dios servir,
sy varruntan que el rrico está para moryr,
quando oyen sus dineros, que comyençan rreteñir,
quál dellos lo levará, comyençan a reñir.

Como quier que los faryres non toman los dineros,
bien les dan de la çeja do son sus parçioneros;
luego los toman prestos sus omes despenseros:
pues que se dizen pobres, ¿qué quieren thessoreros?

Ally están esperando quál avrá el rrico tuero:
non es muerto e ya dizen pater noster, ¡mal agüero!
Como los cuervos al asno, quando le tiran el cuero:
"cras nos lo levaremos, ca nuestro es por fuero".

Toda muger del mundo e dueña de alteza
págese del dinero e de mucha riqueza:
yo nunca vy fermosa que qisyese pobreza:
do son muchos dineros, y es mucha nobleza.

El dinero es alcalle e juez mucho loado,
éste es consejero e sotil abogado,
Aguaçil e meryno, byen ardit, esforçado:
de todos los ofiçios es muy apoderado.

En suma te lo digo, tómalo tú mejor:
el dinero, del mundo es grand rrebolvedor,
señor faze del syervo e del siervo señor,
toda cosa del siglo se faze por su amor.

Por dineros se muda el mundo a su manera,
toda muger, codiçiosa del algo, es falaguera.
Por joyas e dineros salyrá de carrera:
el dinero quiebra peñas, fyende dura madera.

Derrueca fuerte muro e derriba grant torre,
a coyta e a grand priessa el dinero acorre,
non ha syervo cativo, que'l dinero non l'aforre:
el que non tyene que dar, su cavallo non corre.

Las cosas que son graves fázelas de lygero:
por ende a tu vieja sé franco e llenero,
que poco o que mucho, non vaya syn logrero:
non me pago de juguetes, do non anda dinero.

Sy algo non le dyeres, cosa mucha nin poca,
sey franco de palabra, non le digas razón loca:
quien no tiene miel en orça, téngala en la boca:
mercader que esto faze, byen vende e byen troca.

Sy sabes estrumentos byen tañer e tocar,
sy sabes e avienes, en fermoso cantar,
a las vegadas, poco, en onesto lugar,
do la muger te oya, non dexes de provar.

Sy una cosa sola a la muger non muda,
muchas cosas juntadas façerte han ayuda:
desque lo oye la dueña, mucho en ello cuyda,
non puede ser que a tiempo a byen non te rrecuda.

Con una flaca cuerda non alçarás grand tranca,
nin por un solo "¡harre!" non corre bestia manca,
a la peña pesada non mueve una palanca;
con cuños e almadanas poco a poco s'arranca.

Prueva fazer lygerezas e fazer balentía:
quier lo vea o non, saberlo ha algund día;
non será tan esquiva, que non ayas mejoría:
non cansses de seguirla, vençerás su porfía.

El que la mucho sigue, el que la mucho usa,
en el coraçón lo tiene, maguer se le escusa;
peroque todo el mundo por esto le acusa,
en este cuyda syenpre, por este faz' la musa.

Quanto es más sosañada, quanto es más corrida,
quanto es más por ome magada e ferida,
tanto más por él anda muerta, loca perdida:
non cuyda ver la ora que con él sea yda.

Cuyda la madre cara que por la sosañar,
por correrla e ferirla e por la denostar,
que por ende será casta e la fará estar;
estos son aguijones que la fazen saltar.

Devíe pensar su madre, quando era donçella,
que su madre non quedava de ferirla e corrella,
que más la ençendíe; pues devía por ella
juzgar todas las otras e a su fija bella.

Toda muger nasçida es fecha de tal massa:
lo que más le defienden, aquello ante passa,
aquello la ençiende, aquello la traspassa;
do non es tan seguida, anda floxa e lasa.

A toda cosa brava gran tienpo lo amanssa:
la çierva montesyna mucho segida canssa,
caçador, que la sigue, tómala quando descanssa:
la dueña mucho brava usando se faz' manssa.

Por una vez del día, que el ome gelo pida,
çient vegadas, de noche, de amor es rrequerida:
doña Venus gelo pide por él toda su vyda,
en lo que 'l mucho piden anda muy ençendida.

Muy blanda es el agua; mas dando en piedra dura,
muchas vegadas dando faze grand cavadura;
por grand uso el rrudo sabe grande letura:
muger mucho seguida olvida la cordura.

Guárdete non te enbuelvas con la casamentera,
donear non la quieras, ca es una manera,
que perder te faría a la entendedera;
una conblueça d' otra sienpre tyene dentera.

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita




jueves, 31 de marzo de 2011

El poeta pastor, el pastor poeta

Mañana ya es primero de abril, y en breve, el 14 del mismo mes, se celebrará el ochenta aniversario de la proclamación de la segunda república española. Un hecho que no quiero dejar pasar, sobre todo por lo que significo esa república para la literatura en nuestro país. La generación del 27 tuvo su época más fructífera en éste periodo, obras como "Bodas de sangre" (1933), "Yerma" (1934) y "La casa de Bernarda Alba" (1936) de Federico García Lorca, "La voz a ti debida" (1933) de Pedro Salinas, "La destrucción o el amor" (1933) de Vicente Aleixandre, por citar algunas, se escribieron en ésta decada. En ésta época y alrededor de ésta generación se fueron vinculando otros escritores, que aunque no se les pueda considerar del 27, si tuvieron una relación muy estrecha con ésta. Uno de ellos, y desde mi punto de vista, el más destacado, es Miguel Hernández.

Miguel Hernández fue capaz de cultivar desde una educación totalmente autodidacta , -escribió sus primeros versos siendo pastor y leyendo a escritores del Siglo de Oro, cómo Cervantes, Lope de Vega o Luis de Góngora-,una poesía muy rica en su léxico y en su forma. Su obra la empecé a conocer en el instituto, y de todos sus poemas mis preferidos (entre muchos) son los siguientes:

Elegía a Ramón Sijé

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
a quien tanto quería)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las ladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

(El rayo que no cesa)

Ramón Sijé, era el seudónimo de su amigo José Marín Gutiérrez, persona clave en su vida y que, trás su muerte, dedicaría ésta elegía.

Joan Manel Serrat ha versioneado muchos peomas suyos, entre varios éste:



Cuando estalló la guerra civil en julio de 1936, tras un alzamiento militar sin duda traidor,contra un gobierno legítimo elegido en las urnas, Miguel marcha al frente. Es allí, cerca del campo de batalla, donde recibe una carta de su mujer, donde le explica que su hijo sólo se alimenta a base de pan y cebolla, y es cuando escribe uno de sus poemas más famosos:

Nanas a la cebolla

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan lato,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa ni
lo que ocurre.

Serrat también hizo una versión de ésta poesía:

miércoles, 30 de marzo de 2011

La vaca cega

La veritat es que tot i que he crescut aquí, a Catalunya, el castellà sempre ha sigut la meva llengua habitual i, de fet, encara quan parlo s'hem nota molt l'accent castellà "made in" Hospitalet. Ja fa uns anys que intento el màxim possible utilitzar-lo, de moment he aconseguit parlar amb quasi tothom a la feina, i amb la família de la meva parella. Es justament amb ella, amb la meva dona, a la que vull dedicar aquesta entrada. Ella es catalanoparlant, encara que amb mi li costa molt no parlar en castellà, perquè ens vam conèixer amb aquest idioma. De sempre m'ha parlat molt bé d'un poema del poeta Joan Maragall, que jo desconeixia, es aquest:

La vaca cega

Topant de cap en una i altra soca,
avançant d'esma pel camí de l'aigua,
se'n ve la vaca tota sola. És cega.

D'un cop de roc llançat amb massa traça,
el vailet va buidar-li un ull, i en l'altre
se li ha posat un tel: la vaca és cega.

Ve a abeurar-se a la font com ans solia,
mes no amb el posat ferm d'altres vegades
ni amb ses companyes, no: ve tota sola.

Ses companyes, pels cingles, per les comes,
pel silenci dels prats i en la ribera,
fan dringar l'esquellot mentre pasturen
l'herba fresca a l'atzar... Ella cauria.

Topa de morro en l'esmolada pica
i recula afrontada... Però torna,
i abaixa el cap a l'aigua, i beu calmosa.

Beu poc, sens gaire set. Després aixeca
al cel, enorme, l'embanyada testa
amb un gran gesto tràgic; parpelleja
damunt les mortes nines, i se'n torna
orfe de llum sota el sol que crema,
vacil·lant pels camins inoblidables,
brandant llànguidament la llarga cua.

Joan Maragall
(Poesies, 1895)

Per al públic castellà he aconseguit una versió que va fer l'escriptor Miguel de Unamuno en aquest idioma:

La vaca ciega

En los troncos topando de cabeza,
hacia el agua avanzando vagorosa,
del todo sola va la vaca. Es ciega.
De una pedrada harto certera un ojo
le ha deshecho el boyero, y en el otro
se le ha puesto una tela. La vaca es ciega.
Va a abrevarse a la fuente que solía,
mas no cual otras veces con firmeza,
ni con sus compañeras, sino sola.
Sus hermanas por lomas y cañadas,
por silencio de prados y riberas,
hacen sonar la esquila mientras pastan
hierba fresca al azar. Ella caería.
Topa de morro en la gastada pila,
afrentada se arredra, pero torna,
dobla la frente al agua y bebe en calma.
Poco y casi sin sed; después levanta
al cielo enorme la testuz cornuda
con gesto de tragedia; parpadea
sobre las muertas niñas, y se vuelve,
bajo el ardiente sol, de lumbre huérfana,
por sendas que no olvida, vacilando,
blandiendo en languidez la larga cola.

Miguel de Unamuno

martes, 29 de marzo de 2011

El principio

Cuando apenas era un renacuajo, en la habitación que compartiamos mi hermano y yo, además de guardar nuestra ropa y nuestros trastos, mis padres también guardaban otras cosas que realmente no correspondían allí, pero, por razones de espacio de un piso minúsculo, no había otro lugar donde ubicarlas. Uno de esos objetos era extraño a nuestros ojos, apenas lo podíamos coger con nuestros ínfimos dedos, además olía un poco, como decirlo, a viejo, y al abrirlo, sus hojas, muchas de ellas ya separadas del lomo, estaban amarillentas. Evidentemente, se trataba de un libro, pero no de uno cualquiera, sino de uno de Antonio Machado, de una edición de los años 60. Al ojearlo, descubrí que la gente, además de escribir de izquierda a derecha, de uno al otro lado de la hoja, también escribía apenas unas palabras por línea, y además al leer las líneas, resultaba que todo sonaba de una manera rara. Sin saberlo, había leído por primera vez un poema, y era éste:


Mi bufón

El demonio de mis sueños

ríe con sus labios rojos,
sus negros y vivos ojos,
sus dientes, finos, pequeños.
Y jovial y picaresco
se lanza un baile grotesco,
luciendo el cuerpo deforme
y su enorme
joroba. Es feo y barbudo,
y chiquitín y panzudo.
Yo no sé por qué razón,
de mi tragedia, bufón,
te ríes... Más tu eres vivo
por tu danzar sin motivo.

Antonio Machado
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